Desde los primeros casos del Cornoavirus que surgieron durante el último mes de 2019 ya suponían un efecto negativo en las economías mundiales, debido a que había atacado fuertemente al gigante comercial de China. Sin embargo, los efectos se profundizaron a causa de la expansión a un pandemia mundial.
Según la OMC (Organización Mundial del Comercio) la recuperación del COVID-19 puede ser rápida y vigorosa, siempre y cuando las economías se aliñen por el bien común de la comunidad. En este momento, la política fiscal, monetaria y comercial deben avanzar en la misma dirección. Será fundamental mantener la apertura y previsibilidad de los mercados, y fomentar un entorno empresarial más favorable.
Las inseguridades e incertezas no deben de dar lugar al proteccionismo, de esta forma genererá un restraso aún más importante en el sistema global y las consecuencias empeorarán su alcance.
La OMC prevé que el comercio mundial de mercancías se desplome entre un 13% y un 32% en 2020, la última vez que se tuvo una caída de esta magnitud fue durante los años 1930 debido a la Gran Depresión.